White en casa

Orar con arte

Llevo un tiempo dándole vueltas al desarrollo espiritual de los niños, no solo el de mis hijas. Es algo que me preocupa, porque percibo que el interés por la  espiritualidad es algo que crece cada día en la sociedad, pero no necesariamente desde mis valores y creencias. Creo que es importante tener humildad para comprender que siempre se puede mejorar y aprender, percibo que esa “espiritualidad oriental” que crece alrededor, estimula aspectos de la forma de vivir que son saludables, y que nosotros también deberíamos disfrutar, pero nos estamos perdiendo en las tradiciones y creencias encorsetadas, no necesariamente vividas de forma auténtica.

Y sí, a orar se aprende. De hecho los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñe. Por eso digo que Orar es un arte, una habilidad que podemos y debemos desarrollar.

Compartimos esta misma preocupación con un grupo de amigas, y dos de ellas me enseñaron hace un par de sábados un método, muy sencillo pero eficaz, para que los niños puedan explorar una forma de hablar con Dios. Que les implique mirar con sinceridad hacia su corazón y Él y que puedan salir de las repeticiones vacías y circulares.

El sistema se llama CASA y representa lo siguiente:

C de Confesión

A de Adoración

S de Súplica y

A de agradecimiento.

En la casa está representada de la siguiente manera:

C un camino, el que nos conduce hasta Dios. La Confesión. Que nos lleva a admitir lo lejos que nos encontramos de poder estar ante la presencia de un Creador perfecto y bueno.

A la puerta. Adorar implica abrir el corazón de Dios. Decirle que lo reconocemos como nuestro dueño y creador.  Y contarle por todas las cosas que lo admiramos.

S las ventanas. Implican suplicar, abrir las puertas de nuestro corazón y ventilar nuestras preocupaciones y pedidos.

A el humo que representa los agradecimientos. Es la chimenea, con un humo que sube como rica fragancia al cielo.

Con mis hijas estamos practicándolo. Después de todo, la espiritualidad también es algo que necesita espacio, un tiempo de práctica y de dedicación.

Lo que suelo hacer con ellas es comenzar con una confesión y luego ellas dicen las suyas, sigo adorando y ellas se suman, luego suplico por pedidos personales y ellas hacen los suyos y finalmente agradecemos una a una.

Es una experiencia que sinceramente recomiendo para los momentos de culto familiar, en los que tenemos más tiempo. A veces suele orar solo uno y el resto, especialmente los niños, pierden el interés y se desconcentran.

Percibo que esta forma de orar favorece una excelente forma de comunión en familia, donde admitimos nuestros errores y nuestros hijos comprenden que no son solo ellos los que tienen cosas por mejorar. Y además les dejamos un legado: Aprender a orar. Algo que necesitamos tanto como aprender a respirar.

Te comparto la propuesta. Un pdf con el sistema CASA completo y luego las letras una a una para que puedas utilizarlas de muchas maneras. Nosotros las usamos así: el que tiene la letra ora por eso, pero seguro con tu creatividad surgen muchas más formas bellísimas de usarlas.

Puedes descargarlo aquí:Sistema CASA

Letras para descargar una a una: CASA

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