En un encuentro de familias Homeschooler de España, oí que algunas madres utilizaban un método para aprender textos bíblicos, llamado Charlotte Manson. Me pareció un proyecto interesante, pero no estaba tan segura si realmente era útil para los niños aprender de memoria los textos bíblicos. Si había algo de lo que estaba segura, era que la lectura que solo ofrece datos, nos quita gran parte del “bosque”, a penas nos deja ver los árboles más cercanos, pero nos perdemos así todo el mundo sensitivo. Hablo de esto en un artículo anterior. Por esto consideraba que solo memorizar no era suficiente. Sin embargo, más tarde comprendí que aunque no era suficiente, sí era muy importante.
Cursaba por esos días la materia Psicología del Lenguaje. Saqué pocas cosas en claro, era un apunte engorroso y aburrido, pero hubo un par de cosas que me resultaron útiles. Entre ellas, descubrir que existen muchas investigaciones que afirman cuán importante es la “edad de adquisición” de las palabras.
Nuestro cerebro va grabando palabras como un gran archivador (se usan varias metáforas, pero esta es una fácil de visualizar) Y por contrario que parezca, las primeras palabras que el niño aprende, no se quedan archivadas y aplastadas al final de los cajones, al contrario, se guardan en las primeras carpetas, y están siempre más a la mano que las palabras nuevas, que se van agrupando hacia abajo y por eso luego cuestan más de volver a “recuperar”.
Pero sobre todo, la edad de adquisición de una palabra, es importante en la categorización semántica de la persona. Es decir, en nuestro cerebro, esas primeras palabras se transforman en un pequeño nodo o central de operaciones, desde la que se van agregando alrededor nuevas palabras, que están relacionadas con estas palabras primeras. Cuanto más lejos de la palabra “nodo” más frágiles de mantener o de recordar.
Espero no te resulte muy complicado de entender. La idea es que, de alguna manera, estamos programando a nuestros niños con todas aquellas primeras palabras que aprenden (y con las que vendrán, por supuesto) pero las palabras que reciben en los primeros años de su vida, son básicamente las que dan estructura a su categorización semántica, las que luego definirán su modo de pensar o, como a mi más me gusta decirlo, las que “darán letra” a la historia que se contarán del mundo y de sí mismos.
Entonces me convencí, esto de aprender versículos de memoria no era una tradición más de mi amada iglesia victoriana. Había allí sabiduría divina.
Os recomiendo que entréis a la página de Charlotte Manson, allí hay una explicación muy buena de cómo tener un sistema de aprendizaje de los textos bíblicos, sobre todo para niños mayores.
Yo os comparto nuestro método, que es una adaptación muy grotesca del método Manson, pero que nos es muy útil en casa.
Lo que hacemos es muy sencillo. Cada mañana, luego de leer una pequeña historia juntas, saco nuestra cajita de versículos. La primera que tuvimos es la que veis en las fotos. Es una caja musical adaptada.
Cuando nos tuvimos que mudar optamos por dejar nuestra caja musical y quedarnos simplemente con una caja de promesas bíblicas, de las que encontráis en cualquier librería cristiana o, por ejemplo, en Amazon.
Esta cajita nos funciona a la perfección, como es tan pequeña, también nos puede acompañar a nuestros viajes.
Entonces, cada semana escogemos una promesa nueva, y repetimos las de las semanas anteriores. Los versículos se van sumando, en nuestro caso, que las niñas son pequeñas, agregamos solo una por semana. Pongo todas las tarjetas boca a bajo y ellas las eligen al azar. Esto se ha tornado en un juego para ellas. Eligen tarjeta una vez cada una, la doy vuelta, digo la primera palabra y ellas completan el versículo entero. Llevamos alrededor de 20 versículos aprendidos.
Estos días que hemos estado con jetlag a causa de un viaje a Asia, se cruzaban a nuestra cama sin poder dormir. Les lancé el reto de que intenten repetir todos los versículos que se saben, en silencio, con los ojos cerrados. Fue un somnífero incluso para mí.
Repetir versículos de memoria. Algo que puede parecer tan mecánico, resulta ser un engranaje que está construyendo un destino.
2 Comments
Soraya
Me encantó! Yo estudio con mi sobrina el versículo diciendo una frase cada día con mímicas, y al final de la semana ya lo aprendimos! Aunque ella tiene tal memoria que lo termina aprendiendo completo antes que yo! Jeje
24 febrero, 2018 at 12:39 amschoolandhome
jejeje que linda, me imagino, los peques son esponjas! 🙂
26 febrero, 2018 at 1:39 pm