Ceremonias en familia

Ceremonia del diente

Hace un tiempo se cayó el primer diente de nuestra hija mayor. Fue momento de plantearnos qué haríamos en relación al cuento del ratón Perez: ¿lo utilizaríamos en casa para acompañar a nuestras hijas en toda esta etapa o crearíamos nuestra propia tradición?

La realidad es que, aunque la mayoría de los adultos lo hemos olvidado, el momento en que comienzan a caer los dientes puede traer ansiedad, estrés, angustia ¿A quién de nosotros le gustaría volver a pasar por esto? Sin embargo, la tradición del ratón Perez, ha sido un “cura sana” culturalmente establecido, que ha normalizado en los niños todo el proceso de caídas de dientes. Gracias al ratón Perez, los niños comparten con ilusión, no si tuvieron miedo, si sangró, si dolió, sino, qué fue lo que les dejó el ratón.

Las tradiciones son elementos fundamentales para la identidad y cohesión de un pueblo, una religión, cualquier grupo social e incluso una familia, y en este caso, fundamental para que el miedo y la ansiedad que podría traer la caída de los dientes ya no esté. Pues sí, podíamos subirnos perfectamente al tren del  “ratón Perez”, pero a decir verdad, nos pareció una gran oportunidad para crear nuestra propia tradición familiar, y darle una vueltita más de tuerca a todo este fenómeno de la caída de los dientes.

Así fue como surgió lo que llamamos: La Ceremonia del diente.
El momento en que cae el primer diente suele coincidir con el inicio de la etapa escolar. Los dientes irán cayendo uno a uno casi hasta el final de la primaria, justo antes de pasar a la adolescencia.
Nos pareció que con cada caída de un diente, podíamos ir haciendo pequeños altos en el camino, que nos ayuden a ver cómo estaban creciendo las niñas, y nos inviten a revisar la fluidez de nuestra comunicación en familia, sobre todo antes de que lleguen a la adolescencia, y los dientes no nos sirvan como excusa para charlar 😉
Pensamos en conseguir una cajita de madera que contenga todos los elementos para la ceremonia, y luego para el recuerdo. Y cada vez que se cayera un diente, convocar reunión familiar alrededor de la caja, y festejar juntos este acontecimiento.

Dentro de la caja hay varios elementos que os iré contando. Entre ellos pusimos una tarjeta con el programa para realizar la misma ceremonia cada vez que nos convocara alguna “caída” 🙂

Enumeraré el programa y las ideas para realizar la ceremonia, asíque si estáis como nosotros en relación al “ratón” y sus picardías, podáis coger ideas alternativas:

Programa

1. ¿Por qué caen los dientes?
A beneficio de los hermanos pequeños, e incluso de la propia conciencia del hecho, nos propusimos conversar sobre la explicación fisiológica de la caída de dientes. Hay varias páginas y tutoriales en youtube que se pueden ver. Básicamente es explicar que las dimensiones de nuestro cuerpo en la infancia no podrían resistir unos dientes en tamaño real para toda la vida.

2. Maravillosamente creados.
Conversar sobre cómo nuestro Diseñador se tuvo que ingeniar para darnos dos tamaños de dientes. Es una gran oportunidad para hablar del diseño como parte de la creación de nuestra especie.

3. Batallitas con dientes en la familia.
Anécdotas, historias, recuerdos de momentos en los que los dientes fueron los protagonistas. En un abuelo, tío, conocido, niño. Si hay familiares cerca, incluso pueden acompañarnos para enriquecer este momento de anécdotas. Si la idea era bajar la ansiedad, esto será suficiente! 😛

4. ¿Qué logros acompañaron a este diente?
Entre caída y caída pueden pasar semanas, un mes o muchos meses. Seguro que entre una caída y otra podemos apreciar logros que los niños han ido consiguiendo. Aquellas notas de violín que costaban y ya no, aquel ejercicio de gimnasia que no salía y ahora sí, seguro hay cosas para compartir.

5. Libros de memorias
Anotar en una libretita o hojas sueltas atadas con un lazo (que es lo que hicimos nosotros para las peques) El día, lugar y las circunstancias que acompañaron la caída del diente.
En mi caso, tengo un diario en el que fui escribiendo sobre todo el primer año de cada una de mis hijas, allí sale registrado como les salió el primer diente, y les encanta oír aquel relato.

6. ¿Qué retos les esperan al nuevo diente que viene en camino?
Conversar sobre desafíos, metas, propósitos que la niña o el niño tienen, que le gustaría conquistar a corto plazo y en el que podamos acompañar o impulsarlos para conseguirlo.

7. Agradecimiento por el tiempo que nos acompañó.
Un simple gesto de agradecimiento mientras se lo pone en una caja contenedora de los dientecitos. Nosotros la compramos en Amazon pero seguro podéis pensar ideas para hacerlo en casa.

 

8. Agradecimiento por esta increíble creación
Realizamos una oración de agradecimiento en familia. Por ir cumpliendo etapas con salud, y porque el increíble diseño funciona de maravilla!

9. Fin de la ceremonia:
Ponemos como opcional la idea de darles un dinerito. En nuestro caso decidimos que de esta manera iba a valorar más la ceremonia. Todavía no está en edad para valorar “lo importante”, solo iba a comparar con sus compañeros que el ratón traía algo y la ceremonia “muy linda”, pero no traía nada, con lo que le hemos propuesto que el dinero que dejamos en la cajita son ahorros que ella puede usar enseguida, o ahorrarlos todos para comprarse algo más útil cuando tenga el dinero total.

10. Un rato a solas: Construcción de la cadena, sumar deseos, anotar recuerdos…

Dentro de la caja más pequeña, hay unas piedrecitas con las que se puede ir armando una pulsera o cadena de recuerdos. Con cada diente que se cae, una piedrecita que se agrega.
En la libreta también puede apuntar los deseos que tiene y en los que le gustaría invertir el dinero conseguido. Y por último anotar los recuerdos que quiera sobre la ceremonia, o sobre la etapa que está viviendo.

 

A veces la vida nos pasa por encima, no tenemos ni un segundo para pararnos a pensar en lo que vamos viviendo. La Ceremonia del Diente, es simplemente eso, una invitación a detenernos y disfrutar de los momentos más cotideanos.

Si alguno de vosotros os animáis a aplicarla o adaptarla, estaré encantada de oír esas experiencias!

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